EL TAROT COMO CONOCIMIENTO DE LA VIDA

El Tarot como conocimiento de la vida


     Siempre me he aproximado al Tarot como quien se acerca a un libro nuevo. Ciertamente, el Tarot es el único libro en imágenes que nos cuenta el recorrido de nuestras vidas y el conocimiento sobre la vida misma.


     Este libro en imágenes y en cartas representados en los diferentes arquetipos nos va a explicar la evolución de la vida humana desde su nacimiento, madurez y senectud.

     No me gusta considerarme tarotista puesto que no utilizo el Tarot como predicción, sino como conocimiento del mismo y su utilidad para acercarnos a nuestra misión en la vida, es lo que llamamos estudiosos del tarot o tagoristas.

     Cuando realizo un informe numerológico me ayudo de los arquetipos del Tarot para llegar a una interpretación más intuitiva a través del subconsciente. Los números nos dan la nota consciente del informe y el Tarot nos lleva un poco más allá en su codificación.

     Los números que nos ayudan a esta interpretación son los que va del 1 al 21, aunque existen 22 Arcanos. Esto se debe a que El Loco porta el número 0 y, es por eso que se puede colocar al principio o al final de los Arcanos Mayores.

     En las primeras etapas de la vida, es decir, la infancia, preadolescencia y juventud podremos colocar en primera posición al Arcano 0, El Loco. Si interpretamos la evolución de la vida de una persona, El Loco nos habla del primer momento en el que empezamos a ser conscientes de que estamos vivos, es el momento en el que el alma decide empezar de nuevo para seguir evolucionando. El Loco es el principio de una aventura, la vida.

     La carta número 1 es El Mago, en ella podemos ver todos los recursos que traemos al nacer, nuestras virtudes.

     En esta primera etapa estamos rodeados de nuestra familia y seres queridos. La Sacerdotiza es la representación de nuestros ancentros femeninos y, por lo tanto, nos conoce muy bien. La Emperatriz es la creadora, la madre que nos cuida y mima. El Emperador es el padre que enseña valores y ordena. El Sumo Sacerdote o Papa representa al abuelo, como maestro.

     En la etapa de la adolescencia nos encontramos con la carta de Los Enamorados y hace referencia al primer amor y a las indecisiones pero, que al final decidimos optar por un camino gracias a la carta de El Carro, donde controlamos y avanzamos dejando una etapa y pasando a la siguiente.

     Tras este paso empieza la etapa realmente dura de nuestras vidas, la etapa de madurez, con la carta de La Justicia que nos avisa que a partir de ahora tendremos que analizar las situaciones antes de actuar y buscar siempre el equilibrio entre los que debemos, queremos y tenemos.

     El Ermitaño nos avisa que no debemos precipitarnos, que tenemos tiempo suficiente para analizar las cosas importantes, sobre todo, analizarnos a nosotros mismos.

     La carta de la Rueda de la Fortuna nos indica que somos nosotros los que debemos de mover las circunstancias para evolucionar, para ello La Fuerza que ahora debemos utilizar es la mente, para controlar nuestros instintos y actuar con mano firme.

     Muchas veces nos ofuscamos en una solución y puede que no sea la correcta, para ver todas nuestras posibilidades de desarrollo está El Colgado, para dar la vuelta a las situaciones. No siempre es una carta de paralización, recuerda que es bueno parar para observar y tomar en cuenta otras perspectivas y no solo la del sacrificio.

     La Muerte nos recuerda que nuestro paso por esta encarnación tiene un fin y, también que siempre estamos a tiempo para cambiar radicalmente.

     La Templanza es lo que necesitamos para hacer frente a la vida para adaptarnos a las circunstancias y para aceptar que todo ha pasado para enseñarnos algo.

     El paso a la vejez lo damos con la carta de El Diablo. Esta representa la tentación y también nos recuerda que empezamos a ser mayores. La tentación significa que lo que no hagamos ahora ya no lo  haremos.

     En esta última etapa la carta de La Torre nos enseña como liberarnos de las ataduras, tenemos las enseñanzas, la experiencia y la fuerza para vivir como queramos.

     Con la carta de La Estrella nos volvemos a sentir jóvenes de espíritu, es una etapa donde las ataduras ya están superadas y vivimos para disfrutar. Por el contrario, La Luna representa enfermedades y declive y El Sol, como la estrella más grande de nuestro sistema solar, nos recuerda que la enfermedad es sólo otra enseñanza.

     En esta etapa debemos hacer inventario, de ahí, la carta de El Juicio que nos invita a evaluarnos.

     La última carta es El Mundo, donde se encuentran el principio y el fin. Todo es cíclico, de ahí que se representa dentro de un círculo de laurel, de triunfo. Cerramos el círculo de la vida donde puede volver a aparecer El Loco.... el principio de la aventura.

      

     

     



      

     

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